El canto coral siempre ha sido una experiencia conmovedora para mí y es un honor cantar en el destacado programa coral de la Universidad de Lehigh. Pero cuando el Director de Artes Corales, Steven Sametz, invitó al coro Joyful Noise, acertadamente llamado, a cantar con nosotros en nuestros conciertos de primavera de 2017, generó una respuesta emocional que ni siquiera Bach y Brahms pudieron brindar.

Joyful Noise, con sede en Nueva Jersey, es de 50 adultos con desafíos físicos y neurológicos. Fue formado en 2000 por la directora Allison Fromm y su hermana Beth, quien también canta en el coro, y ha sido noticia en todo el país con sus conmovedoras actuaciones. El coro tiene menos que ver con la disciplina musical y más con el entusiasmo desinhibido. Y el efecto en una audiencia es eléctrico.

Después de meses de ensayos y trabajo duro, los cantantes de Lehigh aprendieron la lección de Joyful Noise alto y claro: no se trata de las notas, sino de la experiencia compartida de producir magia haciendo algo que amas.

Joyful Noise Image

Alice Parker, directora y compositora que ha sido llamada la decana de la música coral estadounidense, acompañó a Joyful Noise a un ensayo previo al concierto y explicó la mística de este coro: “La música hace algo diferente a cualquier otro método de comunicación. Es literalmente un puente para unirnos.

“Cantar juntos es la más accesible de las artes”, nos dijo. “Con tantas nuevas formas de comunicación, no valoramos lo suficiente el canto. La función de la canción es abrirnos unos a otros; es un gran desafío en el mundo de hoy”.

Fue durante este ensayo que obtuve un anticipo de lo emocional que nos esperaba cuando todos nos reuniéramos en un programa animado de músicas del mundo y espirituales. Cuando los coros se combinaron para la segunda mitad del programa, los cantantes de Artes Corales se pusieron camisetas que hacían juego con las que usaba Joyful Noise.

La madre de uno de los cantantes dijo: “El coro nos ayuda a aprender a relacionarnos con un niño discapacitado como una persona real”. La experiencia me hizo comprender lo fácil que es borrar la “otredad” que a veces sentimos cuando vemos a alguien con capacidades diferentes a las nuestras.

La directora Fromm elogió el efecto transformador que el canto puede tener no solo en los miembros de su coro sino también en la audiencia. Citado en Harvard Magazine, Fromm dijo: “Siempre esperamos que cuando la gente nos escuche cantar, se lleve la inspiración para llevar la música a las personas en sus vidas… personas con discapacidades, personas en hogares de ancianos, niños que tienen desventajas o desafíos, para ver lo significativo que es unirse y hacer música”.

por Kathy McAuley, miembro y voluntaria del Consejo de Artes de Lehigh Valley

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